Hay algunos nombres del cine clásico inmortalizados en el canon. Y hay otros que, por una causa u otra, fueron olvidados y (afortunadamente) reivindicados con el paso de los años. Dos nombres presentan un ejemplo singular: Michael Powell y Emeric Pressburger, cuya historia, películas y legado han sido recuperadas por el documental Hecho en Inglaterra: Las películas de Powell y Pressburger (Made in England: The Films of Powell and Pressburger), recientemente estrenado en MUBI.
El documental, además, tiene por productor ejecutivo y narrador a uno de sus más grandes herederos y defensores: el director Martin Scorsese, quien se ha encargado de recuperar, preservar y divulgar la obra del dúo colectivamente conocido como “The Archers” (además de, eventualmente, convertirse en en amigo personal de Powell).
Es el tipo de documental sobre el cine que invita a conocer la filmografía de la que habla (para quien escribe, que apenas la descubrió recientemente, ha sido una revelación). Si has visto Hecho en Inglaterra o simplemente buscas conocer gran cine, te recomendamos cinco películas esenciales para conocer a Powell y Pressburger, de su vasta trayectoria de 24 producciones juntos.
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5 PELÍCULAS ESENCIALES DE POWELL Y PRESSBURGER, “THE ARCHERS”
1. LOS INVASORES (49TH PARALLEL, 1941)
Powell y Pressburger fueron, para bien y para mal, bastante prolíficos durante la Segunda Guerra Mundial, tiempo en el que realizaron mucho cine de propaganda. Pero rara vez se trataba de meras películas diseñadas para persuadir y enardecer a los ingleses sobre los esfuerzos bélicos. Eran inusualmente humanistas, permitiendo matices que les metieron en problemas, incluso con el Primer Ministro, Winston Churchill.
Los invasores (49th Parallel) fue pensada para, en palabras de Powell, “asustar” a los estadounidenses y convencerlos de sumarse a los Aliados. La trama sigue a un grupo de soldados nazis que, varados en Canadá cuando su submarino es hundido, emprenden la misión de llegar a Estados Unidos, todavía territorio neutral. En el camino, claro está, van dejando un rastro de muerte y destrucción.
Es, sin embargo, la rara película que humaniza a algunos de sus personajes más polémicos, e incluso establece la muy necesaria diferenciación entre alemanes y nazis. Se estrenó tres meses después del ataque a Pearl Harbor, con los Estados Unidos ya dentro de la guerra.
2. SÉ A DÓNDE VOY (I KNOW WHERE I’M GOING, 1945)
La primera película que Powell y Pressburger realizarían después de la guerra (querían realizar otra, pero tuvieron que posponerla para poder filmarla a color). Se trata de una producción que, en palabras de Emeric Pressburger, formaba parte de su “cruzada contra el materialismo”.
Sé a dónde voy (I Know Where I’m Going) es la historia de una mujer vanidosa y de clase media (Wendy Hiller), prometida en matrimonio con un millonario industrialista escocés. Para casarse, debe viajar hasta las Islas Hébridas, en Escocia, pero una tormenta la deja varada en la (ficticia) isla rural de Kiloran. Ahí, poco a poco, comienza a enamorarse del estilo de vida campesino y de uno de sus residentes, Torquil (Roger Livesey). Sin embargo, está determinada a convertirse en millonaria, decisión que llevará hasta las últimas consecuencias.
Se trata de una de las películas más “pequeñas” e inusuales del par, misma que tendría influencia en las comedias románticas posteriores.
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3. ESCALERA AL CIELO (A MATTER OF LIFE AND DEATH, 1946)
Una de dos películas de Powell y Pressburger en la lista de las 100 mejores de la historia según Sight & Sound en 2022. Escalera al cielo (A Matter of Life and Death) tuvo un complejo proceso de producción dada la ambición narrativa.
Esto es The Archers en su forma más cósmica y, a la vez, más terrenal. Concebida todavía como una de sus colaboraciones de propaganda, ahora para unificar a los públicos estadounidense y británico, la película narra la historia de amor entre una operadora de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (Kim Hunter) y un piloto de la Real Fuerza Aérea (David Niven), que se enamoran durante la última llamada de radio de éste, esperando morir.
A final de cuentas, se salva, lo que desata un caos en el “Otro Mundo”: se suponía que él debía morir. Envían por él a la Tierra pero, ahora que está enamorado, no está listo para irse. Así comienza una lucha por su vida entre el mundo mortal y el más allá, una cuyo resultado sólo él puede decidir.
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4. NARCISO NEGRO (BLACK NARCISSUS, 1947)
Ya lejos de las demandas propagandísticas de la guerra, The Archers dirigieron su mirada hacia un material más exótico y dramático: la novela Narciso negro (Black Narcissus) de 1939, escrita por Rumer Godden, sobre un pequeño convento de monjas anglicanas que intentan, bajo la dirección de la Hermana Clodagh (Deborah Kerr), establecer una escuela y un hospital en un remoto rincón de los Himalayas. Sin embargo, el choque cultural, las inclemencias de las enfermedades y las tentaciones sexuales, pasan factura psicológica a las monjas.
Narciso negro es tan espectacular como puede ser el cine clásico de mediados de siglo. Su fotografía le valió el Oscar y el Globo de Oro a Jack Cardiff, mientras que la dirección de arte de Alfred Junge también recibió un Premio de la Academia. Su temática también le mereció algo de polémica entre los sectores más conservadores de la sociedad estadounidense, quienes la consideraron una afrenta a la religión. Algunos la considerarían un precedente de las películas de nunsploitation.
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5. LAS ZAPATILLAS ROJAS (THE RED SHOES, 1948)
El consenso de críticos, historiadores y hasta del público en el largo plazo es que Las zapatillas rojas (The Red Shoes) es la obra maestra de Powell y Pressburger. Nada que discutir al respecto (es la otra película del par en la lista de Sight & Sound). Es, en cierto modo, la carta de amor de The Archers al arte –su arte–, que evoca su pasión creativa y alegría por la experimentación (Michael Powell llegó a decir que creó una película sobre morir por el arte, porque él mismo haría lo mismo).
Inspirada en un cuento de Hans Christian Andersen, la película trata sobre una joven y ambiciosa bailarina de ballet (Moira Shearer) que quiere dedicar su vida a la danza, y obtiene la oportunidad cuando su camino se cruza con el del visionario –aunque controlador– impresario Boris Lermontov (Anton Walbrook). Aunque logra hacerse lugar en su ambiciosa compañía de ballet, su dedicación al arte es puesta a prueba cuando se enamora del joven compositor (Marius Goring).
Los zapatos rojos es, en palabras simples, un milagro, con Powell y Pressburger en la cumbre de sus talentos creativos, Shearer como una llamarada cautivadora en pantalla y Cardiff haciendo magia en Technicolor.
