Protagonizada por Sydney Sweeney, Inmaculada (Immaculate) es uno de los estrenos más esperados del año en salas de cine. Sobre todo entre los fans del cine de terror y, más en específico, entre quienes se declaran fans del nunsploitation, un provocador subgénero del cine de explotación que ha experimentado esporádicos resurgimientos. El más reciente de ellos consagrado por esta nueva película y con títulos como Hermana muerte (2023) de Paco Plaza, Benedetta (2021) de Paul Verhoeven o El convento (2018) de Darren Lynn Bousman.
Con la llegada de Inmaculada a la cartelera del Film, nos adentramos en este subgénero y en algunos de los exponentes esenciales para enmarcarlo en su contexto y conocer su evolución. Algunos de estos títulos podrás encontrarlos en el catálogo de la videoteca del Film, y podrás rentarlos para ver en casa si cuentas con tu membresía.
Pero primero…
¿QUÉ ES EL CINE DE NUNSPLOITATION?
Para comenzar, vale detallar de dónde viene el término nunsploitation. Se trata de la combinación de otras dos palabras:
- Nuns: “monjas”, en inglés.
- Exploitation: “explotación”, en inglés. El término “cine de explotación” se refiere a películas que buscan el éxito comercial al explotar temas morbosos o sensacionalistas (para su época, al menos), a través de géneros de nicho (como el terror o la ciencia ficción) y con producciones rápidas, generalmente de bajo presupuesto y la calidad esperada.
En términos muy amplios, el nunsploitation, que tuvo su pico de popularidad durante los 70 en Europa, suele ser protagonizado por monjas cristianas enclaustradas en conventos durante la Edad Media (aunque estas convenciones pueden moldearse, según las necesidades). Hace eco de su subgénero “hermano” en el cine de explotación, el de “mujeres en la cárcel”, donde las protagonistas son sometidas a abuso físico, psicológico y sexual.
En el caso de nunsploitation, el factor religioso agrega elementos como la represión sexual por la vida célibe, el lesbianismo como válvula de escape, y posesiones demoníacas como explicación. La culpa religiosa, entonces, da lugar a escenas de “mortificación de la carne” o exorcismos con elevados niveles de violencia y sexo.
Podría pensarse, pues, que se trata de películas casi pornográficas en su sensacionalismo, sin nada que decir más allá de sus imágenes impactantes y blasfemas. Sin embargo, en los mejores casos, estos elementos están al servicio de una crítica a la religión (la católica, en particular), al poder corrupto y a su utilización de la fe de otros como ficha política para alcanzar sus fines.
Para cerrar, una reflexión de la escritora Madelyn Sutton de Screen Slate para la publicación Notebook, de MUBI:
“Monjas pecaminosas: el atractivo es obvio. Ataviadas con el magnético misterio de sus túnicas de gruesa sarga, los muros sólidos de los claustros y la impenetrabilidad de su espiritualidad, la monjita es la encarnación viva del mandato original contra el acto de mirar. Esta interioridad regulada ha hecho de la monja una potente figura de fantasía desde los primeros días del Cristianismo organizado hasta nuestros días. ¿Qué mejor medio puede haber para adentrarnos en sus tentadoras profundidades que el cine –un ojo omnisciente cuya naturaleza misma es revelar, capturar en el mundo de lo visible las señales de lo inefable?”
PELÍCULAS ESENCIALES DEL NUNSPLOITATION
El subgénero de nunsploitation tuvo la cumbre de su popularidad en países europeos como Italia, Polonia, Inglaterra y Portugal durante los 70. Sin embargo, el género tiene antecedentes previos a esa década, y ha tenido resurgimientos en años posteriores. Para dar un contexto lo más amplio posible, seleccionamos algunas películas esenciales para el subgénero a lo largo de varias décadas –y países.
1. MADRE JUANA DE LOS ÁNGELES (1961)
Aunque es bastante más moderada frente a otras películas en esta lista, hay que mencionar a Madre Juana de los Ángeles porque, según a quién se le pregunte, es el primer exponente del nunsploitation (aunque se encuentran precedentes visuales y temáticos tan temprano como en Häxan de Benjamin Christensen en 1922, o en Narciso negro de Powell y Pressburger en 1947).
Dirigida por Jerzy Kawalerowicz –político marxista y prominente director de la Escuela de Cine Polaco–, la película se basa en el caso de las “endemoniadas de Loudun” de 1634, uno de los episodios más penosos en la historia de la iglesia católica, según se relata en la novela homónima de 1946 escrita por Jaroslaw Iwaszkiewicz.
Esta película explora las consecuencias del conflicto, con un sacerdote intentando ayudar a la monja “poseída”, Juana (Lucyna Winnicka). Madre Juana de los Ángeles ganó un Premio especial del Jurado en el Festival de Cannes de 1961, pero no es, ni de lejos, la más célebre ni la más impactante adaptación al cine del caso de Loudun.
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2. LOS DIABLOS (1971)
Dirigida por el británico Ken Russell (más conocido por Tommy y Estados alterados), ésta es, por mucho, la adaptación más conocida al cine de las “endemoniadas de Loudun”, y aborda toda la controversia en detalle a partir del libro de 1952, Los demonios de Loudun, de Aldous Huxley.
La trama establece, en un inicio, los esfuerzos del Cardenal Richelieu (Christopher Logue) por influenciar al Rey Louis XIII (Graham Armitage) para extender el alcance del catolicismo en Francia y aplastar al protestantismo. En este contexto, una reprimida monja ursulina, la hermana Jeanne (Vanessa Redgrave), se obsesiona sexualmente con el Padre Urbain Grandier (Oliver Reed), un carismático sacerdote católico que controla la ciudadela de Loudun, que rechaza la ortodoxia de la iglesia y es… laxo con su celibato.
La obsesión de la hermana Jeanne desata una espiral de exorcismos, histeria colectiva que deviene en orgías y otros excesos, y acusaciones aprovechadas para los fines políticos de Richelieu. Hay tanta blasfemia e iconoclasia con fines incisivamente críticos en la película de Russell que, a pesar de su triunfo como Mejor Director en el Festival de Venecia de 1972, fue censurada y prohibida en varios países. Fue hasta 2002 que el corte del director se estrenó en cines del Reino Unido, pero no es posible verla por canales oficiales. No sólo debe ser considerada el mayor exponente del nunsploitation, sino como una de las mejores películas de la historia.
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3. SATÁNICO PANDEMONIUM (1975)
En nuestro México, siempre fiel, también se nos da la blasfemia de vez en cuando. Inspirada por la ola de nunsploitation desatada por Los demonios de Russell, Satánico Pandemonium (también conocida por el finísimo título de La sexorcista) es dirigida y coescrita por uno de los cineastas mexicanos más prolíficos –y versátiles– de la historia, Gilberto Martínez Solares (Santo y Blue Demon contra los monstruos, El rey del barrio), filmada en sitios tan reconocibles como Tepoztlán, Morelos y Morelia, Michoacán.
La trama sigue a una bella y carismática monja, la hermana María (Cecilia Pezet), quien es querida por sus hermanas del convento y por los pueblerinos por su amabilidad y conocimientos en medicina. Parece la candidata ideal para ser la próxima Madre Superiora, hasta que comienza a ser invadida por visiones de un seductor extraño (Enrique Rocha), quien la tienta a una vida libre y sin represiones.
Aunque violenta y tan blasfema como cualquier otro buen nunsploitation, no alcanza los niveles de originalidad y profanación que su “hermana mexicana” dentro del subgénero.
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4. ALUCARDA, LA HIJA DE LAS TINIEBLAS (1977)
El clásico de culto del director Juan López Moctezuma es, en lo que respecta al cine mexicano, el exponente definitivo local del subgénero, y uno de los más originales a nivel mundial, con una propuesta visual imaginativa que supera los modestos límites de su presupuesto.
Alucarda, la hija de las tinieblas es la historia de Justine (Susana Kamini), una joven que ha quedado huérfana y ha sido admitida en un convento. Ahí conoce a Alucarda (Tina Romero), una chica con un pasado misterioso, un carácter rebelde y una mente curiosa por lo sobrenatural. Un enamoramiento y un aquelarre después, las dos se convierten en objeto de una cacería de brujas al interior del convento, con sádicos exorcismos y acontecimientos inexplicables.
Con una propuesta visual barroca pero abiertamente iconoclasta, Alucarda, la hija de las tinieblas es una de las películas de nunsploitation que no encajan tan limpiamente en el subgénero por su idiosincrasia, tan crítica del fanatismo religioso como de los límites de la imaginación.
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5. INTERIOR DE UN CONVENTO (1978)
Provocador de las imágenes del cuerpo también conocido como “un genio que resultó ser un pornógrafo”, el polaco Walerian Borowczyk dirigió en los 70 una serie de películas más orientadas a la representación liberal del sexo y el erotismo. Una de ellas, Interior de un convento, se situaba en un convento.
No hay un consenso sobre las fuentes en que se inspiró su relato, pero hay quienes sostienen que esta película se inspira en el texto anónimo del siglo XVI, La crónica del convento de Sant’Arcangelo a Baiano, que narra las hazañas sexuales de Agata Acrimone, Giulia Caracciolo y Livia Pignatelli, mujeres de la nobleza napolitana presuntamente obligadas a adoptar el hábito para proteger las riquezas de sus familias.
Interior de un convento traslada la historia al siglo XIX y narra la historia de varias novicias que han sido ingresadas al convento en contra de su voluntad. Contra las estrictas reglas de la Madre Superiora, dan rienda suelta a sus deseos sexuales, en formas tan blasfemas como hacer juguetes sexuales de artefactos religiosos. Un recurso que sería recuperado décadas después.
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6. BENEDETTA (2021)
De nuestro provocador neerlandés satírico preferido, Paul Verhoeven (RoboCop, Showgirls), Benedetta es uno de los ejemplos más recientes del nunsploitation, y también está basado en hechos.
En particular, se basa en la vida de la monja Benedetta Carlini, quien vivió en la Italia de la contrarreforma entre finales del siglo XVI e inicios del XVII (hechos registrados por el libro Immodest Acts: The Life of a Lesbian Nun in Renaissance Italy de 1985, por la historiadora Judith C. Brown).
La película cuenta la historia de Carlini (Virginie Efira) desde que es ingresada al convento en Pescia. Con el pasar de los años, Carlini afirma tener visiones sexuales de Jesús, y desarrolla un romance con una mujer refugiada en el convento, Bartolomea (Daphné Patakia). Con la plaga asolando Italia, Benedetta pronto se convierte en el centro de una lucha de poder contra la nunciatura y al interior del convento.
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