La edad de la punzada: 'Todos los incendios' y más películas coming-of-age mexicanas

La edad de la punzada: ‘Todos los incendios’ y más películas coming-of-age mexicanas

Luego de su paso por varios festivales internacionales de cine (incluyendo el de Morelia, donde recibió el premio al Mejor actor), Todos los incendios tiene su estreno en la cartelera del Film Club Café. Con su historia sobre adolescencia y el descubrimiento de la sexualidad, se inserta en el creciente canon de películas coming-of-age mexicanas.

El género, por la naturaleza de sus protagonistas puede ser a la vez incisivo y nostálgico (a menudo es método de exorcismo autobiográfico). Son historias sobre jóvenes que, al entrar a la madurez, se enfrentan a las realidades del mundo y a su lugar en él, explorando –y reafirmando– sus identidades, creencias y sexualidades. En el caso mexicano, claro está, también hay espacio para mirar a la historia y contextos sociopolíticos del país.

Todos los incendios es uno de los estrenos para ver en la sala de Film Club Café. Además, haremos un recorrido por otras películas coming-of-age mexicanas indispensables, varias de las cuáles podrás rentar en DVD en la videoteca del Film si cuentas con tu membresía.

PELÍCULAS COMING-OF-AGE MEXICANAS

1. TODOS LOS INCENDIOS (2023)

Ópera prima del director Mauricio Calderón Rico, que él mismo describe como autobiográfica hasta cierto punto. Todos los incendios es la historia de un adolescente, Bruno (Sebastián Rojano), que aún está atravesando el duelo por la muerte de su padre. Su madre (Ximena Ayala) ya ha logrado superarlo y tiene una relación con otro hombre. Lo interesante es que, en su frustración, la piromanía se convierte en su manera de expresión.

El director hace del fuego un símbolo de múltiples funciones en la película, expresión de la rabia, el deseo y la represión del protagonista, en su viaje para descubrir su identidad lejos de sus padres, su sexualidad cambiante, y un mundo que, quizás, no esté dispuesto a tolerarla. Pero el fuego no puede ser contenido para siempre y, al arder, puede destruir, pero también purificar.

Todos los incendios estará en Film Club Café durante junio, checa las fechas, horarios y boletos

Todos los incendios
Por medio del fuego, Todos los incendios da un giro interesante al coming-of-age mexicano (Crédito: Mandarina Cine)

2. Y TU MAMÁ TAMBIÉN (2001)

¿La película coming-of-age mexicana por excelencia? Probablemente. Este clásico fundamental del director Alfonso Cuarón es, por sí mismo, una divertida y punzante road movie sobre dos mejores amigos, los icónicos “charolastras” de Diego Luna y Gael García, que emprenden un impulsivo viaje hacia la playa con una mujer española mayor que ellos (Maribel Verdú), sin saber que ella está muriendo.

Pero Y tu mamá también es una de las grandes películas mexicanas por permitir varios niveles de lectura. Puede interpretarse, también, como una alegoría de la tensa –y viciada– relación entre una nación y su pasado colonial, entre clases sociales hermanas y que, a la vez, se desprecian. Un perfecto termómetro de México a la vuelta del siglo.

3. TEMPORADA DE PATOS (2004)

Como sus homólogas de Hollywood y de otras cinematografías, muchas películas coming-of-age mexicanas parten de anécdotas que implican un viaje, un divorcio, una pérdida o algún otro evento notable. Pero en Temporada de patos, todavía la obra más icónica del maestro mexicano del absurdo cotidiano, Fernando Eimbcke, no hace falta más que quedarse sin electricidad.

Un pequeño gran problema para un par de amigos adolescentes (Diego Cataño y Daniel Miranda) que planeaban pasar el fin de semana comiendo pizza y jugando videojuegos. El cambio de planes trae la presencia inesperada de una vecina (Danny Perea) y de un repartidor de pizza (Enrique Arreola), con quienes la tarde se convierte en una serie de descubrimientos y verdades sobre cada uno. Como en la vida misma, las grandes revelaciones pueden venir en la cocina, en los vacíos del baño, en los silencios de la sala.

4. GÜEROS (2014)

Tan vibrante como la diversidad de sus influencias (que van desde los propios Cuarón y Eimbcke hasta la Nueva Ola de cine francés), pero fotografiada en un contradictorio –aunque bellísimo– blanco y negro, la ópera prima de Alonso Ruizpalacios es una de esas películas coming-of-age mexicanas que comienzan a mirar hacia atrás: Ruizpalacios es, después de todo, de los cineastas que se convirtieron en adultos a la vuelta del siglo.

Güeros es la historia de Tomás (Sebastián Aguirre Boëda), un puberto de Veracruz que, al convertirse en un problema para su madre, es enviado a la Ciudad de México a vivir con su hermano, “Sombra” (Tenoch Huerta). En medio de una huelga estudiantil (que recuerda a la de la UNAM de 1999, en oposición al neoliberalismo), los hermanos y sus amigos emprenden un viaje en busca de un mítico músico, Epigmenio Cruz, una leyenda perdida que, creen, pudo haber salvado al rock nacional.

5. SOPLADORA DE HOJAS (2015)

Mientras que algunos cineastas encuentran la poesía en la cotidianidad más banal, otros prefieren construir épicas de las situaciones más corrientes. En la juventud, al menos, pueden sentirse como grandes aventuras que, más allá de los recuerdos, brindan experiencias para descubrir o reafirmar el propio ser.

Inspirada en una anécdota personal, Alejandro Iglesias Mendizabal coescribe y dirige Sopladora de hojas, historia en la que el extravío de unas llaves en un montón de hojas secas, se convierte en una “épica cotidiana” y nostálgica en la que tres amigos (Fabrizio Santini, Paco Rueda y Alejandro Guerrero) deben encarar la nostalgia y la inminente adultez en sus propios términos.

6. ESTO NO ES BERLÍN (2019)

¿Qué era México a mediados de los años 80? Era una nación en recuperación del terremoto más devastador de su historia. Era sede de una Copa Mundial de Futbol, y un país atravesando una crisis económica con esperanza de encontrar la luz al final del túnel en el sexenio de Miguel de la Madrid. Y el director Hari Sama alcanzaba la mayoría de edad por aquel entonces.

Esto no es Berlín es una de las grandes películas coming-of-age mexicanas en años recientes por su autenticidad: cuenta la vida de un adolescente que es introducido a la vida de música alternativa, drogas y fluidez sexual del underground mexicano. Pero como bien sugiere su título, las promesas de las convulsiones sociales de otros países no habrían de consolidarse en nuestro México –no tan fácilmente, al menos.

7. TODAS LAS PECAS DEL MUNDO (2019)

Dirigida por Yibrán Asuad (más prolífico como editor, en películas como Ya no estoy aquí, Dioses de México y Una película de policías), Todas las pecas del mundo destaca entre los coming-of-age mexicanos por sus pocas pretensiones. Donde su contemporánea Esto no es Berlín bien podría ser un punzante tratado sobre los fracasos sociales y políticos del país, esta es una mirada nostálgica, banal y cursilona, pero auténtica, a los años 90.

Lo divertido radica en las contradicciones, caprichos y sinsentidos en los que cualquier chico mexicano –o al menos cualquiera que haya ido a la escuela– puede caer víctima. La trama sigue a José Miguel (Hanssel Casillas), el chico nuevo de la escuela en plena fiebre mundialista de 1994. Es bajito, poco agraciado y no muy particularmente talentoso, pero se le ocurre enamorarse de la chica más bonita de la escuela, Cristina (Loreto Peralta). Para conquistar su corazón, planea lo imposible: reunir a sus amigos inadaptados y ganar el torneo de futbol escolar.

8. MI NOVIA ES LA REVOLUCIÓN (2021)

Una de las propuestas más recientes en el canon de películas coming-of-age mexicanas, Mi novia es la Revolución, de Marcelino Islas, también se enmarca en el año 1994, con las convulsiones sociales, políticas y económicas de la devaluación del peso, la muerte de Luis Donaldo Colosio y el levantamiento del EZLN. Contexto, dicho sea de paso, en que el director fue adolescente.

En ese contexto, nos cuenta la historia de una joven sateluca de clase media (Sofía Islas, hija del propio director), quien se enamora de una chica más rebelde y experimentada (Ana Valeria Becerril), quien roba casas por diversión. Es una reivindicación de la comunidad LGBTQIA+, que difícilmente hubiera podido florecer en ese contexto.

Mi novia es la Revolución fue recientemente parte de la programación del Film.

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