¿Qué es el cine de autor?

¿Qué es el cine de autor?

Conforme te adentres al mundo del cine, es probable que, tarde o temprano, te enfrentes a un término muy popular: cine de autor. Y muy probablemente lo escucharás en un contexto que lo hace funcionar como un sello distintivo. Es decir: para diferenciar entre películas de autor y las que no lo son.

¿Pero a qué se refiere exactamente este término? ¿Cuándo se originó, y qué determina si una película puede o no ser calificada como tal? Esta breve guía de Film Club Café te ayudará a entender más sobre la teoría de autor en el cine.

TODO LO QUE DEBES SABER SOBRE EL CINE DE AUTOR

¿QUÉ ES UN AUTOR EN EL CINE?

En el cine, un autor se refiere a un director que tiene un control extenso sobre diversos aspectos de una película, desplegando un estilo estético y/o intereses temáticos identificables a través de su filmografía completa o buena parte de la misma.

Para ello, el director/autor suele desempeñar diversos roles adicionales dentro de una película, que van desde el guión y la edición hasta la fotografía e incluso la actuación. Sin embargo, muchos casos considerados como cine de autor se conforman de colaboraciones entre el director y determinados guionistas, fotógrafos, editores, actores, entre otros.

El término de cine de autor ha llegado a ser usado de forma intercambiable (pero errónea) con otros como “cine de arte” y “cine de culto”. Es importante hacer esta distinción, pues se refieren a cosas diferentes –y que, de hecho, no son necesariamente excluyentes–.

Wes Anderson en el set de El Gran Hotel Budapest
Hoy en día, todos identificamos a ciertas filmografías por sus directores, como Wes Anderson (Crédito: 20th Century Studios)

¿QUÉ ES Y CÓMO SE ORIGINA LA TEORÍA DE AUTOR?

Aunque hoy podemos dar por hecho que hay autores cinematográficos, esto no es algo que siempre fue aceptado en los casi 150 años de historia del cine. En sus comienzos, cineastas, críticos, periodistas y otros profesionales del medio lucharon por establecer su legitimidad como arte (explorando sus posibilidades expresivas en movimientos como el Expresionismo Alemán, por ejemplo).

En los inicios del cine industrial, dadas las complejidades de las producciones, era el productor quien tenía mayor control creativo y económico detrás de cámaras. Para el público, las caras de las películas no serían los directores, sino sus estrellas: la gente no iba necesariamente a ver la “nueva película de Howard Hawks”, pero sí la “nueva película de John Wayne”.

De acuerdo al académico Julian Cornell de la Universidad de Nueva York, si bien no se popularizó hasta mucho después, la idea de que el director fuera autor de una película venía desde inicios del siglo XX, propuesta por el austriaco Max Reinhardt, director de teatro convertido en cineasta. Esto cambió en la década de 1940 (período en el que, además, el control de los grandes estudios sobre la producción cinematográfica estaba debilitado). En la revista francesa L’Écran Français, el crítico Alexandre Astruc planteó la posibilidad de que el cine trascendiera la trivialidad de las películas comerciales (a las que calificaba como meras “atracciones de feria”) para convertirse en un legítimo medio de expresión.

Astruc introdujo el término caméra-stylo (cámara-bolígrafo, en traducción literal del francés), postulando que, así como el bolígrafo es el instrumento de un autor en la literatura, la cámara podía serlo para que el autor cinematográfico “escribiera” y fundamentara sus ideas más auténticas en imágenes.

Esta misma aproximación fue abrazada por quienes, quizá, son los principales responsables de popularizar el concepto de autor cinematográfico: los críticos de la revista Cahiers du Cinéma, entre los que se encontraban André Bazin y François Truffaut. Fue este último quien introdujo el término politique du auteur (política de autor, en traducción literal) en su ensayo Una cierta tendencia del cine francés (Une certaine tendance du cinéma français, 1954), que rechazaba el clasicismo preponderante en el cine francés de su tiempo, en favor de una experimentación formal y temática más libre.

André Bazin
André Bazin y los críticos de Cahiers du Cinéma popularizaron la teoría de autor en el cine (Crédito: The Criterion Collection)

Casi por antonomasia, el ensayo de Truffaut es considerado el manifiesto de la Nueva Ola de cine francés o Nouvelle Vague. Cineastas como el propio Truffaut, Jean-Luc Godard y Claude Chabrol (entre otros), quienes activamente buscaron imprimir sus marcas autorales a películas que experimentaban más libremente.

Sin embargo, si bien los críticos de la Cahiers popularizaron el concepto de cine de autor en adelante, también lo aplicaron de manera revisionista. Defendían que, incluso trabajando durante décadas dentro de contextos industriales como Hollywood o del cine clásico francés, cineastas como Alfred Hitchcock, Jean Renoir, Howard Hawks, Robert Bresson, Billy Wilder y Max Ophüls (entre varios otros) demostraban un estilo reconocible e intereses temáticos recurrentes en sus filmografías. Por lo tanto, podían considerarse autores en todo el sentido de la palabra.

Aunque se le conoce hoy como “teoría de autor”, el término como tal no surgió sino hasta 1962, referida así por el crítico estadounidense Andrew Sarris.

¿QUÉ DISTINGUE AL CINE DE AUTOR DE OTRAS EXPRESIONES CINEMATOGRÁFICAS?

Hay que entender que, dentro del esquema del cine industrial como fue concebido (y muchas de cuyas características persisten al día de hoy), el director sólo era visto como un “obrero” en la línea de producción cinematográfica. Su trabajo, bajo contrato del productor de un estudio, era tomar un guión (escrito por alguien más), y conjugar los actores, vestuarios, decorados, fotógrafos, editores y demás elementos proveídos por el estudio para entregar un producto final.

Si el productor no estaba de acuerdo con la visión planteada por el director en cualquier etapa del proceso, el productor podía vetarla, imponerse, o simplemente despedir al director y traer a otro. Esto crea una lógica de producción en la que manda el negocio y el producto final, en vez de la visión de los artistas (entiéndase, el director como cabeza de todo).

La diferencia es que, en una película de autor, es la visión de éste la que permea toda la producción, lo que le permite –idealmente– encaminar todos los recursos a plantear narrativas más interesantes, explorar temas más oscuros, proponer un estilo audiovisual único. En estos casos, el director o directora suele involucrarse también en otras etapas del proceso (como el guionismo, la fotografía, la edición e incluso la actuación) o, en su defecto, traer a sus colaboradores preferidos a dichos departamentos.

¿CUÁL ES LA INFLUENCIA DE LA TEORÍA DE AUTOR EN EL CINE MUNDIAL?

Uno de los impactos más relevantes de la teoría de autor, fue su reivindicación de varios cineastas y su filmografía, que a partir de entonces comenzaron a ser reconocidos como artistas legítimos. Hasta la década de 1950, los cineastas rara vez eran vistos en el mismo calibre que un autor literario, un pintor o un dramaturgo. El cine mismo era incluso desdeñado como una atracción efímera, o como un “arte menor” en el mejor de los casos.

François Truffaut y Alfred Hitchcock
La entrevista de François Truffaut a Alfred Hitchcock fue determinante en legitimar al cine como un arte con autores (Crédito: Cohen Media Group)

Esto trajo consigo una revalorización crítica de cineastas del pasado como Alfred Hitchcock, Fritz Lang u Orson Welles, cuyas obras hoy son consideradas clásicos del medio. Al mismo tiempo, la legitimación artística del cine abrió las puertas a una mayor experimentación, y al abordaje crítico y académico de ciertas obras como de “autor”, incluso al día de hoy.

Actualmente, hablamos de películas definidas por los estilos de sus directores, desde Wes Anderson a Lars von Trier, Denis Villeneuve y Paul Thomas Anderson, sólo por nombrar algunos casos en activo.

CRÍTICAS AL CINE DE AUTOR

Aunque es ampliamente aceptada incluso al día de hoy, la teoría del cine de autor no carece de detractores con críticas legítimas. La principal: que contrario a otros medios como la pintura o la literatura, donde el autor es el único creador de una obra, el cine es colaborativo por necesidad. El director nunca es el único creador de una película.

Una de las principales críticas tempranas del cine de autor fue la crítica Pauline Kael: su polémico texto Raising Kane argumenta que la obra fundamental de Orson Welles, Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941) fue moldeada tanto por el propio director, como por la cinematografía de Gregg Toland y el guión de Herman J. Mankiewicz. Aunque la legitimidad del artículo de Kael ha sido debatida, despierta cuestionamientos importantes.

Martin Scorsese, por ejemplo, ha hablado abiertamente sobre la influencia en su trabajo de Thelma Schoonmaker, editora de casi todas sus películas. Su filmografía es inseparable de las actuaciones de Robert De Niro (muchas de las que se consideran sus mejores películas son protagonizadas por él), y hay un quiebre notorio en las temáticas de sus obras cuando son escritas por Paul Schrader y cuando no. ¿Podemos etiquetarlas todas únicamente como “películas de Martin Scorsese”? ¿Es Amores perros una película de Alejandro González Iñárritu o de Guillermo Arriaga? Es una crítica que vale extrapolar a otras filmografías, y que se presta para debatir y sacar nuestras propias conclusiones.

La teoría de autor también ha sido explotada –y desvirtuada– por el cine industrial para etiquetar películas dirigidas por cineastas reconocidos, pero que no son necesariamente autores con estilos e intereses definidos e identificables. Un ejemplo fácil es, por ejemplo, J.J. Abrams, cuyo nombre ha sido arrojado a todo desde Star Wars a Star Trek, series de televisión y películas “à la Spielberg”, cuando en el mejor de los casos es un productor eficiente y un “emulador de estilos” como director.

Pero respecto al cine de autor, como a tantas otras cosas en el mundo del arte, existen diferentes posturas y criterios. Vale la pena forjarse el propio. Para ello, acá en Film Club Café tenemos una amplia videoteca con un amplio catálogo de películas no disponibles en ningún otro lado, organizadas por autor. Si quieres conocer más sobre tu autor favorito, sólo necesitas una membresía.

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