Es probable que, hablando o leyendo sobre cine, hayas escuchado la palabra “expresionista” como calificativo. También, relacionado a lo anterior, quizás hayas escuchado sobre el Expresionismo Alemán, no sólo dentro del contexto del cine, sino del arte en general. ¿Qué es, pues, el cine expresionista?
Si has de saber una sola cosa al respecto, es que se trata de una de las vanguardias artísticas más importantes del siglo XX, y una que fue definitiva para el lenguaje del cine en adelante. Pero claro, hay mucho más que descubrir al respecto.
A continuación, te compartimos una breve guía para entender los fundamentos del movimiento dentro y fuera del cine. Si quieres saber más, te recomendamos que te inscribas a nuestro curso de Expresionismo Alemán, donde podrás descubrir su faceta cinematográfica con cinco icónicas películas.
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¿QUÉ ES EL EXPRESIONISMO ALEMÁN?
En términos muy generales, el Expresionismo Alemán es un movimiento artístico surgido en Alemania a inicios del siglo XX. En su momento, se distinguió por su rompimiento radical con la pintura académica y con la experimentación objetiva de los impresionistas, para optar por técnicas innovadoras que expresaban la subjetividad del artista, en un contexto de convulsión social y política en el país.
Hay varios precedentes al movimiento tiempo atrás y en otros países de Europa (por ejemplo, la emblemática El grito, de 1893, pintada por el noruego Edvard Munch). Sin embargo, el consenso es que el Expresionismo inició en 1905 con la fundación del grupo Die Brücke (“El puente”, en alemán), por el pintor Ernst Kirchner, en la ciudad de Dresde.
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Kirchner era admirador del filósofo Friedrich Nietzsche, quien en su libro Así habló Zarathustra utilizaba un puente como metáfora de la transición entre el barbarismo del pasado y la modernidad del futuro.
El grupo de pintores, convencidos de que les había tocado vivir en una época de profundos cambios, aspiraban a crear una nueva forma de ser artistas, mirando hacia el pasado para romper con él y forjar un nuevo camino hacia el futuro. En el manifiesto de El puente, escribió:
“Con fe en el desarrollo, en una nueva generación de creadores y diletantes, convocamos a toda la juventud. Como tal, somos los portadores del futuro y queremos liberar nuestro cuerpo y nuestra vida de las muy arraigadas y viejas fuerzas. Una parte de nosotros será la que sienta directa y auténticamente la urgencia de crear”.
Habría una segunda vertiente del movimiento, fundada en 1911 por Wassily Kandinsky y Franz Marc, llamada Der Blaue Reiter (“El jinete azul”, en alemán). Aunque tenían técnicas e ideas en común con El puente, aspiraban hacia una espiritualidad del arte, a un simbolismo del mundo interior del artista, lo que condujo a formas cada vez más abstractas.
El Expresionismo Alemán alcanzó su auge en los años de la Primera Guerra Mundial y el período de entreguerras. Se extendió hacia disciplinas como la literatura, la arquitectura, la danza, el teatro y, claro, el cine. Cada una, a su modo, mantuvo un espíritu de crítica social y un abordaje de temáticas consideradas desagradables o incómodas.
Con el tiempo, el movimiento dio origen a otras vertientes como la Escuela de París y la Nueva Objetividad. Se considera que el fin del Expresionismo Alemán llegó con el ascenso del nazismo en 1933.
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¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DEL EXPRESIONISMO ALEMÁN?
Dada la diversidad de artistas y las eventuales vertientes que tuvo el movimiento, es difícil reducirlo a un puñado de técnicas, temáticas y demás características.
Sin embargo, podemos hablar del Expresionismo Alemán como un movimiento artístico que rompía con los academicismos y la objetividad en el arte. En vez de representar la realidad, apuntaba a representar la subjetividad del artista en un período socialmente convulso por las guerras y las crisis económicas. Para ello, se valía de técnicas como:
- Distorsión y/o exageración de las formas
- Utilización de colores de forma simbólica, o no natural, y muy contrastada
- Expresiones grotescas, atmósferas opresivas y angustiantes
EL EXPRESIONISMO ALEMÁN EN EL CINE
Dentro de las manifestaciones artísticas del Expresionismo estaba, también, el cine. En parte, su vertiente cinematográfica vino dada por la prohibición del gobierno para la importación de cine extranjero en 1916.
Esto propició un incremento en la producción local que, bajo un clima de innovación artística, propició la experimentación con la forma fílmica y las temáticas narrativas. Al ser exportadas, las películas del período fueron distinguidas como obras visual y temáticamente singulares, cuya influencia se sentiría durante el resto de la historia del cine.
En términos muy amplios, el cine Expresionista Alemán solía lidiar con temáticas como el autoritarismo, la traición y la locura. Muchas de ellas fueron inspiradas por la experiencia colectiva de la Primera Guerra Mundial, que concluyó en 1918.
Hay discrepancias sobre cuál es el comienzo preciso del movimiento dentro del cine (El estudiante de Praga, película silente de 1913 dirigida por Stellan Rye, es a menudo considerada la primera). Sin embargo, las obras más significativas del movimiento vendrían entre 1920 y 1929.
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Extrapolando las técnicas de otras disciplinas al lenguaje audiovisual, algunas de las características del cine Expresionista Alemán incluyen:
- Pronunciados claroscuros
- Decorados irreales, distorsionados, incluso pintados para simular luz, sombras y formas opresivas
- Maquillaje y vestuarios que exaltan o distorsionan las expresiones
- Temáticas angustiantes como la represión, el autoritarismo, la muerte, la locura y la traición, entre otros
- Disolvencias y montaje rápido para expresar la interioridad perturbada, intranquila, de los personajes
Algo importante a tener en mente es lo que escribió el crítico y periodista alemán, Siegfried Kracauer, en su libro De Caligari a Hitler, de 1947: “Las películas de una nación reflejan su mentalidad de una forma más directa que cualquier otro medio artístico (…)”. Añade: “Lo que las películas reflejan no son tanto credos explícitos sino disposiciones psicológicas: aquellas capas profundas de la mentalidad colectiva que se extienden más allá de la dimensión de la conciencia”.
Kracauer proponía el (polémico) argumento de que las películas del Expresionismo Alemán mostraban las angustias colectivas que, inevitablemente, conducirían al ascenso del nazismo y del Tercer Reich.
¿CUÁLES SON LAS PELÍCULAS MÁS IMPORTANTES DEL EXPRESIONISMO ALEMÁN?
Aunque es imposible reducir todo un movimiento –y las obras inmediatamente inspiradas por él– a un puñado de obras, podemos decir que éstas son algunas de las películas clave del cine Expresionista Alemán:
- El gabinete del doctor Caligari (Dir. Robert Wiene, 1920)
- El gólem (Dir. Paul Wegener y Carl Boese, 1920)
- Nosferatu (Dir. F.W. Murnau, 1922)
- Fausto (Dir. F.W. Murnau, 1926)
- Metrópolis (Dir. Fritz Lang, 1927)
- La caja de Pandora (Dir. Georg Wilhelm Pabst, 1929)
Películas inmediatamente influenciadas por el Expresionismo Alemán incluyen a Amanecer (Dir. F.W. Murnau, 1927), El hombre que ríe (Dir. Paul Leni, 1928), Drácula (Dir. Tod Browning, 1931) y, en México, Dos monjes (Dir. Juan Bustillo Oro, 1934).
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¿CUÁL ES EL LEGADO DEL CINE EXPRESIONISTA ALEMÁN?
No se puede minimizar la importancia del Expresionismo Alemán en la historia posterior del cine. Está, básicamente, por todos lados.
Están, claro, las influencias más obvias. El film noir de Estados Unidos es el “hijo” más citado del cine Expresionista Alemán. Con su auge en los años de la Segunda Guerra Mundial y posteriores, sus tramas lidiaban con la ambigüedad moral del mundo contemporáneo y eran protagonizadas por antihéroes. Estas películas tomaron prestados elementos como los claroscuros y los planos holandeses del Expresionismo para expresar la subjetividad y turbulencia moral de sus personajes.
Y claro, también está el cine de terror, que encontró en el vampiro de Murnau y en el sonámbulo Cesare de Weine a algunos de sus primeros monstruos. La subjetividad opresiva y oscura de los mundos del Expresionismo se tradujeron fácilmente a las narrativas de lo sobrenatural y la violencia.
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Sin embargo, es la propia expresión visual de la subjetividad la que cambió para siempre el lenguaje del cine, hasta entonces más conocido por representar la realidad objetiva. Las narrativas posteriores estarían inevitablemente marcadas por la dicotomía del mundo exterior y el mundo interior de los personajes.
Y, claro, está, ha habido varios cineastas que han tomado prestado abiertamente de la estética del Expresionismo, desde los propios Murnau y Lang en sus obras posteriores, pasando por Alfred Hitchcock hasta David Lynch, Tim Burton, Henry Selick y Ridley Scott, por mencionar sólo algunos.