Su carrera actoral fue fugaz, abarcando un puñado de años y créditos en una vida igual de corta. Pero qué trayectoria: una de sus películas está entre las más importantes en la historia del cine mexicano. También colaboró con grandes nombres de Hollywood, como Marlon Brando y Alfred Hitchcock. Pina Pellicer está en el canon de estrellas del cine que brillaron demasiado fuerte, y que se apagaron demasiado pronto.
Abril de 2024 marca el 90º aniversario de su natalicio, el inicio de una vida que se extinguiría trágicamente tan solo tres décadas después.
Si no sabes quién fue Pina Pellicer, acá te contamos un poco sobre su vida, carrera y créditos en el cine y la televisión.
RECORDANDO A PINA PELLICER
Su nombre real fue Josefina Yolanda Pellicer López de Llergo y nació el 3 de abril de 1934. Su familia era cercana a las artes, si bien sus padres en sí no lo fueron. Su tío paterno fue el poeta tabasqueño Carlos Pellicer. Su hermana Pilar también fue actriz, y su hermana Ana se dedicó a la escultura y la escritura.
Aunque su leyenda fue inmortalizada por la gran pantalla, la trayectoria artística de Pina Pellicer comenzó en el teatro. A los 16 años, estudió danza junto a Pilar en el Instituto Nacional de Bellas Artes, donde ambas fueron seleccionadas para aparecer como extras en la película La liga de las muchachas, de 1950, protagonizada por Elsa Aguirre y Miroslava Stern.
Años más tarde, estudió Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde destacó en diversas actividades artísticas y culturales. Por ejemplo, escribió en la Gaceta Universitaria junto a un jovencísimo Carlos Monsiváis.
Formó parte del movimiento del teatro universitario y más tarde, ella y su hermana Pilar formaron parte del Estudio escénico de Seki Sano, el llamado “Padre del teatro en México”. También contribuyó a la fundación del movimiento Poesía en voz alta, en el que participaron nombres como Octavio Paz y Juan José Arreola.
Su primera oportunidad en el teatro profesional vino con una producción de El diario de Ana Frank, que casualmente fue presenciada por el productor de cine hollywoodense, Frank Rosenberg. Esto le abrió las puertas a la pantalla de plata.
PINA PELLICER EN EL CINE
La actriz mexicana entró a Hollywood por la puerta grande, aunque con una producción problemática. Se trató del wéstern El rostro impenetrable (One-Eyed Jacks, 1961), que coprotagonizó junto a Marlon Brando, en la cumbre de su popularidad por actuaciones como Nido de ratas y Un tranvía llamado deseo.
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La película comenzó a rodarse desde 1958, bajo la compañía productora del propio Brando, quien había contratado a un entonces desconocido Sam Peckinpah para trabajar en el guión. Luego, pensó en un tal Stanley Kubrick para dirigir el proyecto y contrató a otro guionista, Calder Willingham, para retrabajar el libreto. Todos ellos abandonaron la película eventualmente, por razones atribuidas a desacuerdos creativos con Brando, quien acabó por asumir la dirección (su único crédito como tal).
Para Pina Pellicer, quien había sufrido de una profunda introversión y ansiedad desde pequeña, la experiencia no fue del todo grata. Según el libro Latino Image Makers in Hollywood: Performers, Filmmakers and Films Since the 1960s, posteriormente relataría que:
“Cuando me invitaron a hacer pruebas para la película, pensé que era una broma. Sin embargo, las hice por curiosidad: quería saber de qué se trataban las pruebas de cámara en Hollywood. Conforme otras actrices también hacían pruebas, me volví más segura de mí misma. Cuando llegó mi turno, por primera vez en muchos años, me sentí completamente a gusto… pero al llegar a Hollywood, me puse nerviosa. Me dijeron que tenía que ir a California para las pruebas finales. Un par de minutos antes de la prueba, Marlon me llamó y me dijo ‘Señorita, quiero que esté conmigo en la película, haga exactamente lo que se indica en el guión y nada más. Te ordeno no ponerte nerviosa’. Creo que confié en él, porque actué muy tranquila: pero al completar la prueba pensé que iba a tener un ataque al corazón. Era un manojo de nervios y estaba a punto de ponerme histérica”.
El rodaje comenzó a finales de 1958, terminó a mediados de 1959 y, luego de una trabajosa posproducción que elevó demasiado el presupuesto, El rostro impenetrable finalmente se estrenó en 1961, ante una respuesta modesta. Para la revista Sight & Sound, la crítica Penelope Houston escribió que Pina Pellicer había interpretado su rol “con brío”.
Para algunos, la película dirigida por Brando es considerada uno de los grandes wésterns (fue seleccionada para una restauración, presentada en Cannes en 2016). Sin embargo, su estreno original llegaría después de la película que inmortalizó a la actriz mexicana, a través de la mirada y la lente legendarias de Gabriel Figueroa.
MACARIO Y PINA PELLICER EN EL CINE MEXICANO
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El siguiente gran rol de Pina Pellicer en pantalla grande sería pequeño, pero fundamental. Interpretó a la esposa del protagonista en Macario (1960), dirigida por Roberto Gavaldón y fotografiada por Figueroa, uno de los grandes clásicos del cine mexicano.
La estrella de la película es, obviamente, Ignacio López Tarso en el protagónico, un campesino obsesionado con su condición de pobreza y su miedo a la muerte. Su único deseo es comer un banquete, sin tener que compartirlo con nadie. Para complacerlo, su esposa roba un guajolote, lo cocina y se lo regala. Él corre al campo para comerlo a escondidas de sus hijos, y es ahí donde tiene un encuentro con el diablo, dios y la muerte.
Macario fue seleccionada para competir por la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1960, junto a títulos como L’Avventura de Michelangelo Antonioni, La fuente de la doncella de Ingmar Bergman y La Dolce Vita de Federico Fellini, que eventualmente se alzó con el premio. También pasó a la historia como la primera película mexicana en ser nominada al Oscar como Mejor película extranjera.
La huella de Pina Pellicer en el cine mexicano sería breve, pero indeleble. Filmó Rogelia (1962) bajo la dirección de Rafael Gil, antes de volver a trabajar con Gavaldón y López Tarso en Días de otoño, su película más significativa. En ella interpreta a Luisa, una pueblerina que viaja a la Ciudad de México luego de perder a toda su familia, en busca de trabajo en la pastelería de Don Albino (López Tarso).
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“(…) quizá no podía haber existido un papel más perfecto para esta actriz que desde niña demostró una imaginación poderosa y buscaba todo el tiempo distintas formas de expresar las fantasías que colmaban su mente, según han contado sus propios hermanos”, escribe Mariana Casasola para Gaceta 22.
“La importancia de este trabajo de Pina Pellicer puede analizarse desde muchas perspectivas como lo hacen en su libro Pina Pellicer. Luz de tristeza (2006), Reynol Pérez Vázquez y Ana Pellicer, quienes mencionan el trabajo corporal, el registro de voz y los juegos con la mirada que hace la actriz en esta película, recursos que usa para mostrar que Luisa vivía realmente sus mentiras: estaba enamorada de su novio y luego marido, caminaba como embaraza o se preocupaba por la crianza de su hijo cuando nada de eso existía”, concluye.
Por esta película, Pellicer obtuvo dos importantes galardones para la época: La Diosa de Plata (otorgada por Periodistas Cinematográficos de México) y el Premio a Mejor Actriz del Festival de Cine de Mar del Plata, en Argentina. Ambos en 1964, el año de su muerte.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE PINA PELLICER
Pina Pellicer también trabajó en la televisión, y en ambos lados de la frontera. En 1963 participó en un episodio de la serie El fugitivo, e incluso apareció en uno de la serie La hora de Alfred Hitchcock (continuación de la más popular Alfred Hitchcock Presenta) en 1964.
Uno de sus últimos trabajos fue en un episodio del programa de televisión Pacto de medianoche. Su compañero de escena fue ni más ni menos que Manolo Fábregas, quien relató que se notaba visiblemente nerviosa y alterada durante los ensayos, a pesar de realizar un trabajo impecable durante la transmisión en vivo.
Ya de forma póstuma, compartió escena con Marga López, Arturo de Córdova y Joaquín Cordero en El pecador, de Rafael Baledón, estrenada en 1965.
¿QUÉ LE PASÓ A PINA PELLICER?
Pina Pellicer murió el 4 de diciembre de 1964, con 30 años de edad. Su cuerpo fue hallado junto a varios frascos vacíos de pastillas para dormir. Una carta enviada días antes a su mejor amigo, Salomón Laiter, llevó a la conclusión de que decidió suicidarse.
En la carta, dirigida a “Chalo”, decía: “Sé que entenderás perfectamente mi cansancio; ya no tengo fuerzas… Tal vez nunca hubiera llegado a la desilusión total; creo en los seres humanos, creo sobre todo en los que me quieren y siento defraudarlos, pero no puedo más”.
Su trayectoria en la pantalla fue breve, plagada por un carácter en extremo sensible que, se cree, exacerbó su depresión. Sin embargo, su leyenda permanece viva en un puñado de excelentes películas, fundamentales para la historia del cine mexicano y el mundial.
Ambas Macario y El rostro impenetrable están disponibles para rentar en el catálogo de la videoteca de Film Club Café. Recuerda que necesitas una membresía.