Para bien y para mal, cuando hablamos de cine de animación suceden dos cosas, casi en automático. La primera, que pensamos en películas para niños. Y la segunda, que la cultura popular es dominada por Disney, Pixar, DreamWorks y demás gigantes hollywoodenses. Rara vez pensamos en la larga tradición de películas animadas latinoamericanas. La otra forma, estreno que llega a la cartelera de Film Club Café, es sólo una de las más recientes –y novedosas– adiciones a este canon.
Entre los prejuicios y la aplastante maquinaria de producción, distribución y promoción de las grandes compañías multinacionales –en alianza con las cadenas de exhibición comercial–, son raras las ocasiones en que la animación latinoamericana recibe la merecida atención no sólo a sus posibilidades estéticas en sí mismas (“la animación es cine”, diría Guillermo del Toro), sino en la taquilla y en la historia.
Tomemos, por ejemplo, el hecho de que el primer largometraje animado en la historia del cine no es, como se cree popularmente, Blancanieves y los siete enanos (1937), de Disney. Ese hito pertenece a América Latina, gracias a una película hecha en Argentina que hoy, tristemente, se considera perdida.
Se trata de El apóstol (1917), una película del caricaturista y animador Quirino Cristiani que satirizaba al entonces presidente del país sudamericano, Hipólito Yrigoyen. Por si fuera poco, éste también sería el sujeto del primer largometraje animado sonoro, Peludópolis, de 1931, también dirigido por Cristiani.
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Lamentablemente, se cree que todo el material de estas películas –y de buena parte de la obra de Cristiani– se perdió en un incendio. No obstante, el caso nos habla del lugar que ocupa Latinoamérica en la historia de la animación, así como de su sensibilidad: profundamente arraigada en la cultura, historia y tradiciones de sus respectivos países, con una importante vena política y social.
Sin embargo, hacer un recorrido completo por la historia del cine de animación latinoamericano sería una labor enciclopédica, incluso en una versión resumida. No pretendemos que sea una presentación exhaustiva, sino recomendarte cinco películas animadas latinoamericanas (y recientes) para conocer lo que se está haciendo en la región.
5 PELÍCULAS ANIMADAS LATINOAMERICANAS DE AÑOS RECIENTES
1. LA OTRA FORMA (COLOMBIA, 2022)
Premiada como Mejor película de animación en el Festival de Sitges (de los más prestigiosos para el cine de género), y reciente merecedora de una Mención honorífica en Macabro, La otra forma es ciencia ficción distópica cuya propuesta visual sólo podría ser realizada en forma animada.
La película narra un futuro en el que la humanidad ha creado un paraíso en la luna. ¿La condición para entrar? Completar un “proceso de escuadrado” para tener el cuerpo de forma cuadrada, y así encajar en sus estructuras. Sin embargo, un hombre se ve obligado a remover la prensa para su escuadrado, por lo que su entrada al paraíso es puesta en duda y debe decidir si recuperarla o descubrir que, en efecto, puede existir de otro modo. Una alegoría ingeniosa (si acaso un poquito burda) sobre el conformismo con los cánones, sean estéticos, políticos, sociales o económicos.
Esta película está en la cartelera de Film Club Café. Consulta fechas y horarios, y reserva tus boletos para La otra forma.
2. LA CASA LOBO (CHILE, 2018)
Una de las mejores películas animadas latinoamericanas de la última década viene de Chile, insertándose de lleno en el terreno del terror y demostrando que no, la animación no es sólo para niños.
La casa lobo es, además, el primer largometraje en stop motion de su país, y la inquietante experiencia de verla no tiene comparación. Desde las marionetas de aspecto inacabado y texturas crudas hasta su meticuloso sonido, la película construye una atmósfera fascinante y perturbadora que parte de las convenciones de los cuentos de hadas, pero que se adentra en los oscuros rincones del pasado chileno con los refugiados nazis. Poca cosa.
¿Dónde verla?
La casa lobo no está disponible en streaming, pero puedes conseguirla en Blu-ray y DVD. Recomendamos mucho que lo hagas y te encierres a verla en total oscuridad, con el mejor sonido que tengas disponible.
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3. SELKIRK, EL VERDADERO ROBINSON CRUSOE (URUGUAY, ARGENTINA, CHILE, 2012)
En el otro extremo del espectro tenemos a esta animación producida principalmente en Uruguay, un relato de acción y aventuras de piratas que también fue la primera película animada de su tipo en la región: técnicas de stop motion mezcladas con elementos de animación digital.
Narrativamente, Selkirk, el verdadero Robinson Crusoe se parece a muchas otras historias de piratas: el protagonista emprende una cacería por un tesoro, y en el camino encuentra traición, tormentas y monstruos marinos. Es una película de aventuras para toda la familia que sí, cae dentro del territorio de “la animación es para niños”, pero también muestra el rango y diversidad de las películas animadas latinoamericanas.
¿Dónde verla?
Selkirk, el verdadero Robinson Crusoe está disponible para ver en Disney+.
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4. EL NIÑO Y EL MUNDO (2014)
Un pequeño niño deja su aldea para viajar en busca de su padre, quien se fue para encontrar un mejor trabajo. En el camino, a través de su mirada inocente y capacidad de asombro, experimentamos un mundo dominado por animales-máquina y otros seres extraños.
Aunque es cine perfectamente apto para infancias, en buena medida gracias a un diseño de producción que replica dibujos infantiles, El niño y el mundo (O Menino e o Mundo) es una crítica al capitalismo global, voraz e híper-industrializado, que provoca desigualdad y sobreexplotación de recursos. La película fue nominada al Oscar, ganó un premio Annie (el más prestigioso del cine de animación) y dos galardones en el Festival Annecy.
¿Dónde verla?
El niño y el mundo está disponible en Cindie, la plataforma de streaming de cine independiente.
5. CERULIA (MÉXICO, 2017)
Sofía Carrillo es una de las cineastas mexicanas de mayor reputación en los géneros de fantasía y horror (su corto La bruja del fósforo paseante es notable), pero, sobre todo, en el rubro de la animación (cabe señalar que colaboró en Pinocho, de Guillermo del Toro). Su obra insignia, sin embargo, es el cortometraje Cerulia, una de las grandes películas animadas latinoamericanas de última década.
Realizada en stop motion, la película narra la historia de la protagonista homónima, quien regresa a despedirse de la casa en la que creció, pero sus recuerdos infantiles la mantienen atrapada. Es una obra inquietante que mezcla desde las casas embrujadas del gótico hasta las bizarras dualidades lynchianas. Puede ser breve, pero es una de las películas mexicanas más notables en el terror en lo que va del siglo XXI.
¿Dónde verla?
Puedes ver Cerulia en MUBI.