'Valentina o la Serenidad', de Ángeles Cruz, se estrenará en el Film

‘Valentina o la Serenidad’, de Ángeles Cruz, se estrenará en el Film

Después de su exitoso paso por festivales internacionales de cine y la incógnita sobre su llegada a la cartelera, finalmente se ha confirmado la fecha de estreno para Valentina o la Serenidad, una de las producciones mexicanas más aclamadas del último año. Y sí, habrá funciones en Film Club Café.

Se trata del segundo largometraje escrito y dirigido por la también actriz de origen Ñuu Savi, Ángeles Cruz, luego de la igualmente reconocida Nudo Mixteco. Tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto de 2023 (TIFF), compitió también en el Festival de Morelia en el mismo año, y fue nominada a múltiples Premios Ariel, entre ellos Mejor guión. Incluso formó parte de la programación del ciclo Rumbo al Ariel durante agosto.

Dado el antecedente, se trata de uno de los estrenos más anticipados del cine mexicano durante 2024. Por ello, a continuación, te contaremos todo lo que necesitas saber sobre la película y su estreno en Film Club Café este mes.

TODO SOBRE EL ESTRENO DE VALENTINA O LA SERENIDAD EN FILM CLUB CAFÉ

¿DE QUÉ SE TRATA?

De acuerdo con la sinopsis oficial de la distribuidora, Piano:

“Valentina pierde a su padre en un accidente en el río. No conforme con la explicación de la muerte, lo busca en todas partes. Al no encontrarlo, Valentina se vuelve una niña solitaria, pero su familia y el tiempo le ayudarán a acomodar la ausencia y superar su duelo”.

¿CUÁNDO SE ESTRENA VALENTINA O LA SERENIDAD?

Valentina o la Serenidad se estrena el 26 de septiembre de 2024. Consulta aquí las fechas, horarios y funciones.

RAZONES PARA VER VALENTINA O LA SERENIDAD

LA DIRECTORA ÁNGELES CRUZ (Y SU VISIÓN)

Nacida en 1969 en la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, en Oaxaca, Ángeles Cruz es una cineasta mexicana de origen Ñuu Savi, o mixteco.

Conocida por su trayectoria como actriz en producciones como Tamara y la Catarina (2016) y Tiempo de lluvia (2018), también se ha desempeñado como guionista y directora desde 2012, con cortos como La tiricia o cómo curar la tristeza (2012, escrito por María Renée Prudencio), La carta (2014) y Arcángel (2018). El primero y el último recibieron el premio Ariel.

Su primer largometraje, Nudo Mixteco (2021) la puso en el ojo del público internacional y de la crítica especializada, obteniendo el Ariel a Mejor ópera prima y logrando otras siete nominaciones. Se ha convertido en la que, quizá, sea la cineasta de origen indígena con mayor perfil trabajando hoy en México. También ha sido una fuerte voz de denuncia ante la inacción del gobierno en contra de la violencia del crimen organizado en La Mixteca, que lamentablemente cobró la vida de su hermano en 2023.

Desde su cine, Ángeles Cruz propone narrativas provenientes de y centradas en los pueblos indígenas de México, que no siempre son representados de manera digna en la cinematografía nacional. En una columna para The Washington Post, la cineasta escribió a propósito de Nudo Mixteco:

“El cine mexicano no ha hecho justicia a las historias de las comunidades de pueblos originarios como el mío, porque sus narrativas se aferran a estereotipos racistas, machistas, heteronormados, de pobreza, servilismo, ignorancia y a un ‘folclor’ simplista que caricaturiza nuestras vidas. En el mejor de los casos, el acercamiento que se hace permanece en el plano de las ‘buenas voluntades’. Yo pertenezco a la comunidad donde se realizó la película y al escribirla y filmarla me pregunté constantemente si alguien —de cualquier parte de México o del mundo— podía encontrar parte de su reflejo en nuestras historias”.

Y continuó: “Como directora tengo la necesidad de deshacer prejuicios, que las historias que se cuentan trasciendan su ubicación geográfica para tocar lo humano. El cine tiene esa capacidad. A mí me ha permitido encontrar mi voz, romper un silencio prolongado respecto a nosotras”.

Su cine tiene una visión de lo comunitario, no sólo en las historias que cuenta, sino desde la concepción y planeación de un proyecto. Nudo Mixteco, por ejemplo, implicó un mes de rodaje en la comunidad de Villa Guadalupe Victoria en Oaxaca, por lo que la directora no sólo pensó en las afectaciones a su vida diaria, sino en la forma de involucrar a los pobladores en la producción.

Sobre dicha producción, recordó en entrevista con IMCINE: “En los departamentos de arte, fotos, vestuario, en la cocina, en la seguridad están implicados todos y hay gente que ha ido ascendiendo porque ha ido aprendiendo a hacer los oficios del cine. Mi comunidad es mi mejor set, voy con los ojos cerrados porque sé que siempre alguien me salvará el pellejo”. Su forma de concebir la dirección de una película no es jerárquica, sino colaborativa. “No soy la jefa, entre todos hacemos la historia”.

VALENTINA O LA SERENIDAD HABLA DE LA CONEXIÓN ENTRE LA COMUNIDAD Y LA NATURALEZA

El segundo largometraje de Ángeles Cruz, Valentina o la Serenidad, la llevó de regreso a los alrededores de la Villa Guadalupe Victoria, ahora con una historia de tintes autobiográficos. Cuando tenía nueve años, ella y su hermano Cuitláhuac también padecieron la pérdida del padre.

En esta película, la directora sigue a sus personajes mientras se adentran en el mundo natural que rodea su comunidad, como una forma de enfrentar el duelo, redescubrir a las personas que se fueron y aceptar su ausencia.

Valentina o la Serenidad, de Ángeles Cruz
En Valentina o la Serenidad, la protagonista se refugia en la naturaleza ante una pérdida (Crédito: Piano)

“Para muchos que venimos de comunidades, el bosque está cercano, basta con salir y caminar para estar rodeados de árboles”, dijo en una nueva entrevista con el IMCINE. “Pero para quienes viven en la ciudad, ir al bosque implica planear y emprender un viaje. Eso también es Valentina…: invitarnos a acompañarla en su descubrimiento de la naturaleza, del dolor y del acomodo de la ausencia”.

¿QUÉ DICE LA CRÍTICA?

Luego de su estreno, Valentina o la Serenidad ha tenido una buena respuesta por parte de la crítica especializada mexicana.

En Lumbre Cinema, Astrid García Oseguera escribe: “[el cine de Ángeles Cruz] tiene la peculiaridad de ser potente y delicado porque retrata con sensibilidad lo vulnerable de la pérdida, el dolor, la contención y el pesar. En esta historia (…), lo hace desde la inocencia sin ser condescendiente con la infancia. Para Cruz, el juego y las fantasías tejen una historia sobre los colores que adquiere el duelo, lo hace desde la mirada de una pequeña que poco a poco se funde con los elementos que la rodean: las montañas, los árboles, el agua que corre, los animales que habitan y, también, a través del cielo, que cambia tanto como sus emociones, se torna negro, denso y frío; en ocasiones es celeste y sereno; en otras alberga una tormenta”.

Jesús Chavarría en Diario La Razón: “Es una de esas películas donde la forma y el fondo encuentran equilibrio en lo humano del ritual para alcanzar la entrañable belleza, al ponerse por completo al servicio de los sentimientos y lucir una honestidad irreductible en todo momento”.

En La Jornada, el crítico Leonardo García Tsao comenta: “Con una puesta en escena que sabe encontrar lo mágico en lo cotidiano, Cruz desarrolla su historia de una forma tan encantadora como su actriz protagónica”.

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