'El carretón del desierto': 3 razones para verla

‘El carretón del desierto’: 3 razones para verla

El documental mexicano sobre la vida en el campo y en el desierto suele hablar, para bien y para mal, desde una óptica de la miseria. A veces hace falta una historia insólita, demasiado increíble en su belleza, para proponer una visión alternativa. Un gran ejemplo de ello es El carretón del desierto, de Jorge Prior, que tiene su estreno comercial en salas de cine –Film Club Café entre ellas– este mes de abril.

Y vamos, que sí es una historia increíble. Sus ingredientes incluyen a una mujer polaca, a un hombre español, y un espectáculo ambulante de títeres como sacado del medievo, pero en el desierto mexicano en pleno siglo XXI. Si eso no despertó tu curiosidad, acá te damos más razones para venir a ver este documental mexicano al Film:

Razones para ver El carretón del desierto en Film Club Café

1. Es una historia de amor (en más de un sentido)

¿Qué hacen un español y una polaca en medio del desierto del Altiplano mexicano? Vivir, en resumidas cuentas. Y no sólo eso: vivir juntos, y vivir bajo sus reglas. Kasia Sek –artista escénica– y Jaime Hevia –cirquero– dejaron Europa mucho tiempo atrás para dedicarse a realizar su espectáculo ambulante de títeres en los poblados remotos del desierto mexicano.

Desde 2010, la pareja vive, viaja y se presenta a bordo de su carreta –o carretón. Hogar, transporte y lugar de trabajo en uno solo, para realizar el sueño de vivir del amor: entre sí, al arte que crean todos los días y al mundo que recorren con sus mulas y marionetas.

2. Nos presenta otro México (otra vida y otro tiempo)

Lo dicho: el cine documental sobre el México profundo puede llegar a ensañarse con la precariedad y la marginación. Nada de malo en ello (es hasta necesario), pero esta película de Prior nos presenta una visión no sólo fresca, sino esperanzadora y mágica por su tema.

Porque El carretón del desierto no sólo es protagonizada por Jaime y Kasia, sino por los propios pobladores de estas zonas remotas donde el entretenimiento y la cultura no son exactamente cosa de todos los días.

El carretón del desierto
Kasia y Jaime recorren el desierto mexicano con su espectáculo desde 2010 (Crédito: IMCINE / Cinenauta)

La pareja y sus títeres de hilos –llamados “la troupe”– satisfacen esta necesidad en rincones incomunicados del país, viajando de pueblo en pueblo como artistas errantes del medievo. En nuestra época, donde la búsqueda suele ser mejorar las condiciones económicas en otro país, esta es una historia increíble: la vida de la pareja es un auténtico rechazo a la modernidad para vivir con poco, pero con pasión.

3. La complicidad

Como muchos documentales, El carretón del desierto comenzó como un trabajo periodístico. El director Jorge Prior explicó en entrevista con IMCINE que descubrió la fascinante historia de Jaime y Kasia por una nota del periódico La Jornada. Dadas las condiciones de incomunicación, fue un proceso tardado para poder encontrarse con ellos, cámara al hombro.

A lo largo de seis años y al menos ocho visitas, Prior y su pequeño equipo forjaron amistad con la pareja. Se consolidó así una complicidad que permitió una espontaneidad e intimidad en el rodaje con los artistas y con sus títeres, al grado de que estos eran los que se dirigían al director.

Puedes saber más en esta entrevista realizada por los colegas de Revista Encuadres:

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