Reconocido como un clásico atemporal del cine japonés, lleva a los espectadores a un mundo donde lo ordinario y lo extraordinario se unen de manera impresionante.La película de Miyazaki ha recibido elogios generalizados de la crítica desde su estreno, convirtiéndose en la primera película de anime en ganar el Premio de la Academia a la Mejor Película de Animación en 2003. Este logro histórico no sólo solidificó el estatus de Miyazaki como maestro de la animación sino que también trajo reconocimiento internacional a la animación japonesa en general.