Una oscura película con las cualidades de un cuento de hadas, protagonizada por un sublimeme y siniestro Robert Mitchum como un predicador ambulante cuyos nefastos motivos para casarse con una viuda son descubiertos por sus aterrorizados hijos. Dotado de imágenes de inquietante belleza, este clásico etéreo y expresionista, también cuenta con la participación de la actriz Lillian Gish en la más brillante representación cinematográfica de la batalla entre el bien y el mal.